YACIMIENTOS MINERALES FINITOS
En la fabricación de los fertilizantes minerales se generan Gases de Efecto Invernadero (GEI), provenientes de la combustión de gas natural para la producción de amoníaco. En el caso de los fertilizantes fosfatados, es el transporte el factor de emisión más importante.
Estos fertilizantes son necesarios para la agricultura, especialmente para satisfacer una demanda creciente de alimentos, donde se prevé un aumento del 60% para el 2050 [1]. Además es necesario asegurar un suministro adecuado de estos elementos fertilizantes de acuerdo con las necesidades del cultivo. En cuanto al fósforo, las extracciones de roca fosfórica en 2015 fueron de 223 millones de toneladas, estimándose las reservas mundiales en más de 300 billones de toneladas [2]. Las reservas de potasio se estiman en 3.700 billones de toneladas oxido de potasio (K2O) [2] con un consumo de 35.768 millones de toneladas estimadas en K2O [3]. Es decir yacimientos de fósforo y potasio son finitos, y es estratégicamente necesario potenciar la recuperación de éstos y otros nutrientes de los efluentes residuales.
Las tecnologías para la recuperación de los nutrientes residuales que se pueden aplicar son varias. Tecnologías biológicas como el compostaje y la digestión anaerobia u otras que están siendo a día de hoy más investigadas, como es la recuperación de fósforo en forma de estruvita [4], [5] o la recuperación de amonio a través de membranas permeables [6]. Son también tecnologías aplicables la recuperación de los nutrientes residuales en forma de biomasa de microalgas, que posteriormente se utilice como enmienda orgánica fertilizante.